Reflexiones

Mariología en Lumen Gentium

En la Iglesia Católica, el primer día del año celebramos la solemne fiesta de María, Madre de Dios. Este título se le atribuyó oficialmente a María en el concilio de Éfeso, del año 431; pero ya se había consolidado en la devoción del pueblo cristiano desde el siglo III.

Con este motivo, comparto un estudio y reflexiones personales sobre la Teología Mariana en la Constitución Lumen Gentium del Concilio Vaticano II, promulgada el 21 de noviembre de 1964 por el papa Pablo VI.

Elementos teológicos significativos que describe la Constitución Lumen Gentium, capítulo VIII al pensar la teología Mariana.

En todo el recorrido que realizan los padres conciliares para la consecución de este documento y para sentar base en el mismo, se expresa claramente la necesidad de volver una y otra vez a la fuente de los evangelios, como ejemplo y premisa de único itinerario para cualquier análisis. Como todo documento conciliar, debe dejar a las claras que en los tiempos de la Iglesia siempre hay un camino que recorrer considerando todo nuevo signo, pero basándose siempre en la Palabra como gesto de unión con toda la obra salvífica.  Ella tiene en su propia génesis el encuentro de todo hombre y de toda mujer con una historia que precede todo tiempo y es a la vez constructora de presente y futuro en Dios, que todo lo precede.

  1. Me parece significativo que los padres conciliares, en la Introducción del Capítulo VIII – LA SANTÍSIMA VIRGEN, MADRE DE DIOS, EN EL MISTERIO DE CRISTO Y DE LA IGLESIA– expresen en el N°54, que se proponen explicar cuidadosamente “tanto la función de la Santísima Virgen en el misterio del Verbo encarnado y del Cuerpo místico cuanto los deberes de los hombres redimidos para con la Madre de Dios, Madre de Cristo y Madre de los hombres, especialmente de los fieles, sin tener la intención de proponer una doctrina completa sobre María ni resolver las cuestiones que aún no ha dilucidado plenamente la investigación de los teólogos”. Creo que el no proponer “una doctrina completa” deja abierta la puerta a una visión teológica cada vez más profunda, conscientes de que estos nuevos tiempos han acelerado su marcha en cuestiones antropológicas, sociales y culturales.
  2. En el punto II, Función de la Santísima Virgen en la economía de la salvación, N°56 expresan: “Con razón, pues, piensan los Santos Padres que María no fue un instrumento puramente pasivo en las manos de Dios, sino que cooperó a la salvación de los hombres con fe y obediencia libres”. El poner el acento en la obediencia de María hace de ello una acción concreta y libre, y muestra que la libertad de los cristianos reside justamente en elegir siempre lo mejor, que es obedecer (ob audire: escuchar) la Voluntad de Dios. Esta obediencia se hace acto en María, pero no tiene género, y al estar ubicado en ese tiempo en la escucha de una mujer, le da preminencia al estado no pasivo sino actuante (de una de ellas), de quien actúa en consecuencia de una elección propia de su libertad. Esto es perfectamente pasible de ser trasladado a nuestro tiempo para mostrar la libertad de acción de hombres y mujeres, pero propuesto a través de una mujer que atraviesa la historia y la trasciende.  Si esta mujer, en ese tiempo, pudo hacerlo contracorriente, todos y todas podremos ejercer la libertad de los hijos en Dios en cada momento de la historia.Asimismo, la unión perfecta de Madre e Hijo que plantea este punto –“esta unión de la Madre con el Hijo en la obra de la salvación se manifiesta desde el momento de la concepción virginal de Cristo hasta su muerte”– permite contemplarnos a nosotros como protagonistas de la historia de la Salvación, toda vez que estemos unidos como María a la Pasión y Resurrección del Señor.
  3. En el punto III, La Santísima Virgen y la Iglesia, N°62, dicen: “La Iglesia no duda en confesar esta función subordinada de María, la experimenta continuamente y la recomienda a la piedad de los fieles, para que, apoyados en esta protección maternal, se unan con mayor intimidad al Mediador y Salvador”.  Esto permite visualizar a la María humana, no elevada más allá de nuestra condición, sino maternal y fraternalmente cercana a la condición de toda mujer y de todo hombre que encare su vida sólo en la subordinación a Dios.
  4. En el punto IV, El culto de la Santísima Virgen en la Iglesia, N°67, exhortan “encarecidamente a los teólogos y a los predicadores de la palabra divina a que se abstengan con cuidado tanto de toda falsa exageración cuanto de una excesiva mezquindad de alma al tratar de la singular dignidad de la Madre de Dios. Cultivando el estudio de la Sagrada Escritura, de los Santos Padres y Doctores y de las liturgias de la Iglesia bajo la dirección del Magisterio, expliquen rectamente los oficios y los privilegios de la Santísima Virgen, que siempre tienen por fin a Cristo, origen de toda verdad, santidad y piedad. En las expresiones o en las palabras eviten cuidadosamente todo aquello que pueda inducir a error a los hermanos separados o a cualesquiera otras personas acerca de la verdadera doctrina de la Iglesia”. Me resulta clarificador para las posturas equivocadas o erróneas, muchas veces por ignorancia, donde a nivel cultual, se le da preminencia a la Virgen María y no a Cristo. Esta parte del Capítulo VII permite que veamos cómo ella, más allá de todo privilegio, pudo sostenerse en importancia por dignidad y por fe y no por estados jerárquicos.  Este ejemplo es traído por una mujer, también para todos los hombres y todas las mujeres de todos los tiempos.
  5. En el punto V, María, signo de esperanza cierta y de consuelo para el Pueblo peregrinante de Dios, los padres conciliares finalizan diciendo que la Madre de Jesús “es imagen y principio de la Iglesia que habrá de tener su cumplimiento en la vida futura, así en la tierra precede con su luz al peregrinante Pueblo de Dios como signo de esperanza cierta y de consuelo hasta que llegue el día del Señor”. Nos recuerdan su condición trinitaria de ser imagen para la Iglesia y la indican como principio, como fuerza inicial de la Iglesia de Cristo.

Estos elementos en conjunto nos permiten:

  • visualizar un itinerario para nuestra relación personal con María y con Cristo,
  • nos abre a la posibilidad de nuevos análisis y reflexiones concretos para el desarrollo de nuestras comunidades,
  • nos habilita la posibilidad de mirar el presente y discernir los signos de los tiempos a la luz de la grandeza de Mamá María, que siempre tiene algo más para mostrarnos y decirnos a las mujeres y los hombres de todos los tiempos.

Elementos significativos de las teologías feministas

  • Las teologías feministas pretenden reflexionar sobre la cuestión femenina añadiendo algo a la comprensión de la fe cristiana en este tiempo.
  • Es una teología basada en la realidad existente que parte de la misma para reflexionar acerca de las mujeres en plural. Es así una teología que se basa en el análisis de la realidad, en los contextos actuales. Ascendente-inductiva.
  • A su vez, es multidisciplinar, ya que abreva en las ciencias sociales que permiten mostrar diversas significaciones sociales, culturales fisiológicas o religiosas, tomando el concepto de “género” como categoría de análisis para mirar la interacción entre el sexo biológico y las construcciones culturales alrededor del género.
  • Dentro de esta teología, las identidades femenina y masculina son iguales en dignidad y no hay orden jerárquico entre ellas.
  • Asimismo, consideran que la mujer no es complemento del varón, sino que ambos son incompletos.
  • María se presenta como el desafío central, ya que al decir de la teóloga Mercedes Navarro Puerto, su figura ha sido marginada por las propias mujeres, porque se hace más ignorarla o rechazarla que intentar recuperarla, producto de una mariología donde María es presentada como obediente, sumisa, pasiva, humilde, esposa y madre.
  • Esta teología se propone reflexionar sobre María desde categorías antropológicas, teológicas, eclesiológicas y pastorales que sean significativas para los hombres y mujeres de este tiempo.

Algunas preguntas:

  1. ¿Qué problemáticas viven las mujeres de tu pueblo, ciudad, barrio?
  2. ¿Cómo asumimos estas problemáticas a la hora de presentar a María?
  3. ¿Tienen ellas algo para aportar al mensaje mariano?

Imagen y para conocer más sobre la Solemnidad de María Madre de Dios: https://www.vaticannews.va/es/fiestas-liturgicas/solemnidad-de-maria-madre-de-dios.html

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