La Palabra de Dios nos lleva por caminos siempre inesperados según vayamos sintiendo la presencia viva de Jesús en ella, según vayamos sumergiéndonos en un proceso espiritual sin temores y según vayamos actuando con ella para que nos permita el despliegue de sentido que nos brinda en cada momento.
El apóstol Pablo, en la 1 Carta a Timoteo, nos recuerda que hay que pelear el buen combate de la fe, conquistar la Vida eterna, a la que hemos sido llamados y en vista de la cual hicimos una magnífica profesión de fe, en presencia de numerosos testigos.