«En el centro de Europa están conspirando.
El hecho data de 1291.
Se trata de hombres de diversas estirpes,
que profesan diversas religiones y que hablan en diversos idiomas.
Han tomado la extraña resolución de ser razonables.
Han resuelto olvidar sus diferencias y acentuar sus afinidades.
…Acaso lo que digo no es verdadero; ojalá sea profético.»
Jorge Luis Borges, Los conjurados
Acechan los hacedores de la muerte
desplegando objetivos malolientes.
Ni ellos saben
el porqué de los cadáveres
que con su estrategia
van cargando en nuestros hombros.
Son cruces aceradas
que nos ponemos encima
aunque no vemos.
Son instrumentos de guerra
que nos hablan sin más de lo que somos.
Cuando ellos digan
que saben que sabemos
seguramente no habrá más territorios
porque habremos dejado alguna puerta
abierta a algún resquicio de nosotros.
No serán los pasos de los otros
determinantes de la vida que nos damos.
Son los sinsentidos evitables
si decido rodearlos y enredarme
en la trama de los seres que sostienen
el universo entero con sus manos.
Por todas las razones que no tienen
por todos los sueños quebrantados
por volver a soñarlos
será verdadero
y habrá sido profético
conjurarnos.
LC
Del libro ASERTO, Editorial El Jabalí, (2002),