Huéspedes

Adrián Jorge Taranzano

Adrián es un profesor y amigo reciente. Es mucho lo que hemos compartido en poco tiempo y es maravillosa la cercanía con quienes podemos ver el mundo de nuevas maneras. Un encuentro que, sin dudas, me seguirá proporcionando esas preciosas maneras que tiene Dios para hacernos actuar.

Adrián Jorge Taranzano es licenciado en Exégesis Bíblica por el Pontificio Istituto Bíblico de Roma (Italia) y doctor en Teología por la Ludwing-Maximilian, Universitat de Munich (Alemania). En ambos centro europeos se ha graduado con la máxima calificación académica (Summa cum Laude ) y en Alemania . Premio Promotionspreis de la Munchener Universitatsgesellschaft.

Publicó diversos trabajos científicos y de divulgación y ha enseñado en distintos centro académicos. Actualmente, se desempeña como docente titular en el Centro de Estudios Bíblicos LIMUD.

Dejo constancia del último de sus libros

Dichos oscuros de Jesús

Idea central

¿Cómo fue la transmisión de recuerdos, informaciones y dichos de Jesús? ¿Podemos estar seguros de que lo que leemos en los evangelios se remonta efectivamente al Jesús que pisó y recorrió la Galilea y la Judea del primer siglo? ¿Es meridianamente claro todo lo que aparece en los evangelios? Junto a los discursos sublimes que nos cautivan como las bienaventuranzas o el mandamiento de amar al prójimo, una lectura crítica de los evangelios detecta también innumerables dichos que son innegablemente oscuros. Su sentido no es evidente y presenta diversos desafíos o problemas que normalmente no se conocen. ¡Incluso pasan desapercibidos en las ediciones habituales de la Biblia! 

Este libro de Adrián J. Taranzano sumerge al lector en este mundo que suele ser desconocido. Con un equilibrio entre rigor académico y lenguaje accesible, el autor despliega un abanico de elementos que es imprescindible tener en cuenta antes de afirmar con contundencia “Lo dijo Jesús”. Es un libro pensado como un servicio a los hombres y mujeres del siglo XXI que se han percatado de que no se puede leer la Escritura como si la exégesis científica no existe, puesto que sería un suicidio de la razón.

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