Al despertar, Mardoqueo, que intuyó en este sueño lo que Dios había resuelto hacer,
estuvo pensando en él hasta la noche y trataba de comprenderlo en todos sus detalles.
Ester 1, 11
Amo mi intuición llena de pliegues
donde se recuesta tu ausencia
y, sin duda, te adivino.
Amo la certeza del extravío y del delirio.
Y cuando el sueño me despierta
con tu Trino.
Amo saberte ahí como si nada
o como si todo.
Cuando la distancia se mezcla
˗suave˗
con mis desatinos.
Amo el color de mis ojeras
de tanto mirar el cielo
esperando luna nueva.
Amo la desmesurada visión
˗ya eternizada˗
de ver con tus ojos
y que veas con los míos.
Amo este amor que vuela a su destino.
Amo, solamente, sabiéndote conmigo.
LC
25 de julio de 2024
Imagen: Luis Pereyra Fotero Patagónico, Luna llena de Julio