Poesías

Ella

Jesús le dijo: «¡María!».
Ella lo reconoció
y le dijo en hebreo: «¡Raboní!»,
es decir «¡Maestro!».

Jn 20, 16

Te amó Vivo.
Te amó Muerto.
Te amó Resucitado.

Te amó sin demora.
En las sutilezas de la calma.
En el extravío.
Sin límites precisos.
En las tormentas
y en las brisas.
Te amó por los caminos.
Descalzos y sin brillo.
Con la celeridad de los latidos.
En las noches de nardo.
En los días de estiércol
y de barro.
Te amó cruz y sangre
y agua del costado.
A golpes de martillo.
Sin paraíso.
Con la humildad desecha.
Crucificada en tu pecho.
Mirando tu última mirada.

Te amó con la muerte a cuestas.
Precisamente muerto.
Alargando su aliento.
Tentando a su propia miseria.
Te amó muriendo.
Allí donde se crece el abismo.
En el lugar exacto
donde se alza la muerte
con prestancia y presencia.
En esa viva muerte
extendió su caricia.
Tocó tu piel estropeada
y dolida.
Repasó sus entrañas
y buscó entre tus manos
algunas de sus lágrimas.
Como si en ellas la vida
corriera suerte eterna.

Te amó aquella mañana al alba.
Con la premura de mujer enamorada.
Dolidos pies que abrazaban
la poca luz de sus pasos.
Presurosa su falda.
Sudorosas sus manos.
Te amó descreída y osada.
Envuelta en pensamientos de sal.
Corría. Con perfumes alados.
Sobre suelo viviente iba Ella.
Piedra preciosa por tu voz tallada.
Te amó mientras llegaba a ver si te veía.
La roca se le hizo madrugada.
La ilusión se le hizo llanto.
No encontrarte.
No sentirte.
No tenerte ni muerto.
No agasajar tu cuerpo con aroma de besos.

Te amó.
Y pudo verte:¡Raboní!
Quiso retenerte.
Escuchó tu mensaje.
Envuelta en nuevo tiempo
volvió a los muertos
con vibrante alegría anunciadora.
Gritó tu nombre.
A los cuatro vientos.
Te amó viviendo.

Ella te amó Vivo.
Ella te amó Muerto.
Ella te amó Resucitado.
Porque en tu Nombre
este Amor es Eterno.

LC
Julio 2024

Imagen: tapa del libro El amor de Magdalena, Anónimo descubierto por Rainer Maria Rilke

Pintura:; Noli me tangeri, Sandro Boticelli, Museo de Arte de Philadelphia

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