Pondré mis leyes en su conciencia,
las grabaré en su corazón;
yo seré su Dios y ellos serán mi Pueblo.
Carta a los Hebreos 8, 10
Amo tu soledad junto a la mía.
En el sol que te amanece más temprano.
En los jardines. En el centro del mundo.
En la periferia extendida.
Amo tu soledad
donde tus huesos gritan.
Donde acontecen.
En la vastedad
de mi soledad enriquecida.
Amo tu soledad.
Campo de estrellas.
Tu pensamiento milenario.
Tus rutas sin palabras.
Tus maneras sin brillo.
Amo mi preciosa soledad
que junto a la tuya
se precipita.
Rodeada de la nada
mi soledad resplandece.
Se agita.
Alarga los brazos de abrazarte.
Desafía tus lejos.
Se vacía en tus siempre.
Te busca a pura llaga.
Te encuentra
y desvanece.
Amo tu soledad.
Tan idéntica a la mía.
Esclavas de la inquietud de muerte.
LC
29 de febrero de 2024